Viaje en el tiempo a Quantum Break.
Tras el último análisis de Alan Wake Remastered, seguimos adentrándonos en el Remedyverso y hoy le toca a Quantum Break. Un título desarrollado por el estudio finlandés Remedy Entertainment que se puso a la venta en 2016; en mi caso, ya he jugado a Control, que sería el siguiente de la lista, y he de decir que he visto muchas cosas de Quantum Break que se llevaron a su siguiente obra. En su momento, este juego dividió un poco al público y muchos jugadores no terminaron de conectar con él, pero en mi opinión, creo que ha envejecido realmente bien y este es un buen momento para reivindicarlo.

Historia
El juego nos lleva a la ciudad estadounidense de Riverport; tras un incidente al inicio en la universidad, estalla una fractura temporal y emprenderemos un viaje en el que competiremos con una poderosa empresa llamada Monarch Solutions por un objeto llamado contramedida. A partir de aquí se sucederán eventos como viajes temporales y pequeñas fracturas que anticipan el fin de los tiempos.
El protagonista de la historia es Jack Joyce, hermano del brillante científico William Joyce y viejo amigo del antagonista Paul Serene. Tras el incidente del inicio, Jack adquiere ciertos poderes con los que es capaz de manipular el tiempo.
Quantum Break nos cuenta una historia de ciencia ficción con viajes temporales que se va complicando a cada paso y va añadiendo personajes que añaden capas de profundidad a una historia en la que en ocasiones es difícil seguirle el ritmo. Para empaparse bien y no perderse, es conveniente prestar atención a las conversaciones con el resto de personajes y leer los documentos que vamos encontrando por los escenarios; hay mucho para leer. Además, al final de cada acto o capítulo, el jugador pasa a controlar a Paul y debe tomar una decisión que afecta a los acontecimientos tanto del juego en sí como de la serie que vemos al final de cada capítulo.
La serie aporta contexto y amplía la información que tenemos sobre la historia y los personajes secundarios, mayormente. Los capítulos duran en torno a 25 minutos y no se hacen pesados si conectas con la historia, aunque quizás se podrían haber introducido en el gameplay de alguna forma, pero es entendible que Remedy quería experimentar con esta mezcla de medios. En mi caso particular no me ha molestado para nada; me ha hecho entender mejor las motivaciones de personajes como Liam Burke o Charlie Wincott y conocer más sobre las intenciones ocultas de algunos personajes que no nombraré para evitar spoilers.
El final, sin entrar a destripar la historia, me ha parecido un poco abrupto, al menos en mi línea temporal; no me ha parecido mal cierre, pero me esperaba algo más. Se me han quedado dudas sin resolver y esperaba ver más, ya sea durante el gameplay o con un episodio final de la serie.
Jugabilidad
Estamos ante un juego de acción en tercera persona. Jack puede llevar tres armas de fuego y utilizar sus habilidades temporales a modo de poderes al estilo de Jesse Faden en Control. Los enfrentamientos son ágiles y frenéticos en ocasiones; no son demasiado largos ni muy seguidos; hay pausas entre un tiroteo y otro que dan al jugador un respiro y permiten detenerse a escuchar conversaciones o leer información tranquilamente.
A lo largo de los distintos escenarios, el jugador puede encontrar unas fuentes de chronon que otorgan puntos que sirven para aprender y mejorar las habilidades temporales de Jack, además, también se pueden encontrar documentos y objetos narrativos que dan más información sobre la historia y los personajes.
En algunas zonas si exploras lo suficiente encontrarás referencias a su título anterior, Alan Wake, en mi partida he encontrado una clase con anotaciones sobre la obra del escritor en la pizarra, una televisión retransmitiendo la serie Night Springs y hasta a una trabajadora de Monarch jugándolo en su ordenador del trabajo.

Gráficos y rendimiento
En la versión de PC (Steam), el juego se ve como si apenas hubieran pasado los años por él. Luce espectacular tanto la iluminación como los escenarios y los modelados de los personajes. El motor de Remedy, Northlight, cumple con creces y no tiene nada que envidiar a juegos más actuales.
En cuanto al rendimiento, no ha habido apenas ningún problema y solo he encontrado un bug que me hizo cargar partida para poder avanzar. No he experimentado caídas de fotogramas reseñables y ha ido todo fluido sin incidencias.

Conclusión
Quantum Break me ha gustado, se me ha hecho incluso algo corto aunque no veo esto como algo negativo. Remedy está consolidado como uno de los estudios más importantes de la industria y Sam Lake ya se considera uno de los grandes creativos del medio, creando obras que se diferencian del resto, innovando e introduciendo elementos que le dan un aura única.
En su momento, este juego pasó algo desapercibido, fue exclusivo de Microsoft y no conectó con parte de la comunidad. Jugándolo casi diez años después de su lanzamiento, lo veo como un juego sólido, con un gameplay divertido que se perfeccionó y pulió en Control, y una narrativa interesante que se la jugó con esa mezcla de medios audiovisuales. No es la obra maestra definitiva, no tiene por qué serlo, pero sí es un juego que merece la pena. Es corto; mi partida ha durado en torno a unas once horas y, como he dicho anteriormente, no me hubiera importado que durara un poquito más.
Casi una década después, Quantum Break me ha recordado por qué Remedy es un estudio distinto al resto. Es imperfecto, sí, pero también atrevido y mucho más interesante de lo que muchos le concedieron en su día. Si te gustan las historias de ciencia ficción o simplemente buscas un juego que no sea demasiado largo y tenga una acción entretenida, este es un viaje temporal que merece la pena descubrir.